12 de diciembre de 2016

Extraños llamando a la puerta

Cuartopoder
23/11/2016
Miguel Sanchez Ostiz

El neologismo lo emplea Zygmunt Bauman en su reciente ensayo Extraños llamando a la puerta, en el que analiza la imparable estampida migratoria y sus repercusiones en un mundo, el nuestro, que se resiste a admitirla como tal, pero que emplea contra ella toda la violencia de Estado de la que es capaz. Respuestas policiales a fenómenos naturales: ni es la primera vez en la historia que se produce esa estampida ni va a ser la última. No es una crisis, es un sustancial cambio cultural y político a muy corto plazo. Los migrantes y refugiados vienen para quedarse, y eso no es nuevo, por mucho que la propaganda oficial los muestre, ahora precisamente, como un peligro para nuestra seguridad, al tiempo que silencia los aspectos económicos de la misma, beneficiosos para los especuladores porque significan mano de obra barata y precarización generalizada.

Según Bauman, los gobernantes alientan “una sensación generalizada de inseguridad existencial” para, a cambio, ofrecer soluciones fuertes, tanto en el aspecto policial como en el jurídico, incurriendo en actos que sin duda serían rechazados en otras circunstancias no intoxicadas por el miedo. La crisis migratoria solo es un pretexto, un miedo azuzado que utilizan para afianzarse en el poder y recoger ese voto, dice Bauman. Migración, extranjeros a la deriva y fieles de otras religiones encima, y terrorismo, juntos o por separado, son el blanco predilecto y el más fácil, por la nula capacidad de respuesta real de aquellos que son criminalizados a priori. Lo que viene luego no es de incumbencia del gobernante que utiliza la escritura de la historia para imponer esta.... continuar leyendo